Cirugía Mayor Ambulatoria: un cambio de paradigma en la atención quirúrgica pública

 

La Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA) representa uno de los avances más relevantes en la modernización de los sistemas de salud del siglo XXI. A diferencia de los modelos quirúrgicos tradicionales, la CMA propone que procedimientos complejos puedan ser realizados sin hospitalización prolongada, con alta del paciente en el mismo día. En 1962 Cohen y Dillon en la Universidad de California enfatizan que “la seguridad de los pacientes no depende del ingreso o no al hospital, sino de la adecuada actuación quirúrgica y anestésica”.

Esta modalidad, que en países de Europa y América del Norte supera ampliamente el 60% de las intervenciones programadas, ha demostrado ser eficaz, segura y costo-efectiva. En Uruguay, su desarrollo ha sido impulsado por el Dr. Federico Brahin Profesor Titular de la Universidad Nacional de Tucumán, con resultados visibles en instituciones clave del país, entre ellas el Hospital Escuela del Litoral de Paysandú.

 

Un modelo adaptado a la realidad uruguaya

La CMA no se limitó a replicar modelos internacionales. Su estrategia combinó capacitación, elaboración de protocolos locales, evaluación continua de resultados y asesoramiento técnico a centros hospitalarios. El objetivo no fue simplemente operar sin internación, sino garantizar calidad asistencial, satisfacción del paciente y uso racional de recursos.

En este contexto, el Servicio de Cirugía del Hospital de Paysandú presentó en 2022 un proyecto para instalar esta modalidad de gestión quirúrgica. Su desempeño no solo validó el modelo, sino que aportó evidencia concreta de que es posible transformar la lógica asistencial desde el interior del país, con liderazgo clínico y trabajo interdisciplinario.

 

Resultados que respaldan el cambio

Entre los años 2022 y 2025, el Servicio de Cirugía del Hospital Escuela del Litoral aumentó sostenidamente el volumen de cirugías mayores ambulatorias. Luego de la pandemia de COVID-19, mientras muchos servicios quirúrgicos se replegaban, Paysandú alcanzó altos índices de sustitución y ambulatorización con mínimas cifras de complicaciones en el rango de las publicadas en la literatura médica en cirugías programadas realizadas bajo modalidad ambulatoria en colecistectomías laparoscópicas y patología de pared abdominal. Esto no solo evitó hospitalizaciones innecesarias, sino que protegió a los pacientes al reducir el tiempo de exposición intrahospitalaria.

Este avance se apoyó en pilares clave: una cuidadosa selección de pacientes basada en protocolos clínicos validados, una coordinación efectiva entre los distintos actores del equipo quirúrgico, y un seguimiento postoperatorio estructurado y humanizado.

 

Beneficios múltiples

Los beneficios de la CMA son múltiples: para el sistema, libera camas y reduce costos; para el equipo de salud, mejora la eficiencia y permite reorganizar el flujo quirúrgico; para el paciente, representa una experiencia más confortable, segura y cercana a su entorno familiar. A su vez, permite una gestión más equitativa y descentralizada de los recursos quirúrgicos del sistema público.

 

Hacia un estándar nacional

Hoy, la CMA no debe ser vista como una modalidad alternativa, sino como el estándar para toda cirugía electiva que cumpla con criterios clínicos y sociales adecuados. Paysandú, junto con otros centros pioneros, ha demostrado que es posible consolidar este paradigma incluso en contextos con restricciones logísticas y presupuestarias.

El desafío actual es avanzar hacia su consolidación como política nacional de calidad quirúrgica, expandiendo la experiencia a todo el territorio, garantizando la formación continua de los equipos y fomentando una cultura quirúrgica centrada en el paciente.

 

El futuro de la CMA

En los inicios de la CMA, era necesario justificar por qué un paciente podía ser operado sin necesidad de internación, ya que el ingreso hospitalario era la norma. Hoy, la lógica se ha invertido: ahora es preciso argumentar por qué un paciente debe permanecer hospitalizado en lugar de ser intervenido de manera ambulatoria y regresar esa misma noche a su hogar, rodeado del confort y el apoyo de su familia.   Por lo anterior debemos hacer un cambio en la indicación de CMA desde “¿este paciente es adecuado para CMA?” a esta otra “¿existe alguna justificación para hospitalizar a este paciente?”.

En nuestro país, aún es necesario un cambio profundo en la mentalidad de la comunidad médica y del equipo de salud. Persisten percepciones erróneas que cuestionan la seguridad de la CMA, aunque la evidencia demuestra lo contrario. No obstante, se han logrado avances sostenidos en la adopción de este modelo para tratar patologías que pueden resolverse sin hospitalización prolongada.

Uno de los mayores desafíos para la expansión de la CMA es el temor al cambio. A lo largo de la carrera profesional, los avances médicos y tecnológicos traen consigo transformaciones constantes, algunas previsibles y otras inesperadas. Adaptarse a ellas no solo es una necesidad, sino una oportunidad para optimizar la atención y mejorar la experiencia del paciente.

 


Dr. Gonzalo M. Deleón Lagurara
Jefe del Servicio de Cirugía del Hospital de Paysandú
Profesor Adjunto de Clínica Quirúrgica 3

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