El Colegio Médico del Uruguay llama a reflexionar sobre el Derecho a la Salud en las poblaciones más vulneradas
El Colegio Médico del Uruguay (CMU), a través de su Comisión Asesora en Bioética, convocó un ciclo de encuentros bajo el título “Derecho a la salud en poblaciones especialmente vulneradas”. Este ciclo generó espacios de diálogo y reflexión sobre el acceso a la atención médica de colectivos que enfrentan serias barreras sociales y sanitarias.
El objetivo central de estas instancias no es solo el análisis bioético o la búsqueda de soluciones inmediatas, sino la reflexión colectiva para lograr una mejor comprensión y mayor sensibilidad social, que impulse a los actores involucrados a buscar caminos de solución. La Comisión identificó que las tres poblaciones foco de la discusión —personas en situación de calle, personas adultas privadas de libertad y personas con patologías psiquiátricas— están interconectadas por sus problemáticas y sus trayectorias de vulneración.
Primer encuentro: la situación de calle, un problema de la sociedad
El ciclo comenzó el 18 de septiembre abordando la Población en Situación de Calle. El evento expuso datos que indican que más del 90% de estas personas consume algún tipo de sustancia y una parte significativa carece de tratamiento para problemas de salud mental. Los oradores coincidieron en que la vulnerabilidad de estar en la calle, al privar de derechos básicos como la vivienda o el trabajo, puede determinar el desarrollo de una enfermedad psiquiátrica.
Se enfatizó la necesidad de una revisión de los principios tradicionales de la bioética y de que los servicios de salud salgan al encuentro de las personas.
– Laura Cafaro (MIDES / Udelar) desafió la noción de autonomía en el contexto de carencias: “La idea del consentimiento no puede asumirse como un acto libre y pleno cuando las decisiones están condicionadas por el hambre, la intemperie o un sufrimiento psíquico”.
– Gustavo Grecco (SAME 105) concluyó que: “Se entiende, se conoce, se incorpora que la población de personas en situación de calle es parte de la sociedad, no es sociedad a excluir”.
– Julio Sosa, del colectivo “Ni todo está perdido”, compartió su experiencia personal y la de su grupo, que busca acompañar a las personas en este proceso. Su intervención incluyó una metáfora sobre el origen del problema: “La gente en situación de calle… es como una canilla que siempre está perdiendo una gotita, esa gotita es una persona que se suma”.
– La socióloga Lorena Briozzo -Programa Alter-acciones de El Abrojo- enfatizó en la necesidad de reconocer la dignidad y la autonomía de cada persona, considerando sus trayectorias y singularidades. Aportó su mirada centrada en derechos, participación activa, gestión de riesgos y reducción de daños.
El vínculo con el sistema carcelario fue un tema recurrente, con la mención de que muchas de las aproximadamente cuarenta personas que egresan diariamente de la cárcel terminan en situación de calle.
Segundo encuentro: la doble vulneración en las cárceles
El segundo encuentro se realizó el 9 de octubre y se centró en las Personas Adultas Privadas de Libertad. La actividad se centró en la profunda vulnerabilidad que enfrentan las 16.649 personas en el sistema penitenciario y el riesgo de que la baja representación de grupos como los mayores de 65 años (220 personas) los haga invisibles. Los participantes del INR y SAPL coincidieron en que la cárcel genera una doble vulneración al acentuar problemas de salud mental y al exponer a las personas a condiciones de hacinamiento e inactividad, anulando las posibilidades de rehabilitación.
La dificultad de asegurar el acceso a la salud fue uno de los nudos críticos:
– Fabián Rosano (INR) afirmó: “La persona privada de libertad hoy por hoy está en situación de vulnerabilidad. El sistema penitenciario está lejos de ser lo que realmente debería ser como institución responsable de la rehabilitación”.
– La Dra. Gabriela Miranda (SAI-PPL/ASSE) identificó el “gran problema ético” de la operativa diaria: “Para nosotros el gran problema ético es la asistencia sanitaria, que se ve afectada por los procedimientos de seguridad que se aplican a todo, desde el que tiene que ir a la policlínica, el que tiene que ir al hospital, el consultorio…”.
– Martha Billares, de Familias Presentes, trajo la perspectiva de los familiares, cuestionando la capacidad rehabilitadora de las cárceles: “¿Cómo queremos rehabilitar cuando hemos tratado a estos jóvenes con violencia, cuando dice en la Constitución que las cárceles no se hicieron para mortificar?” Billares hizo un llamado urgente a crear lugares específicos y resguardados para la atención de las adicciones.
– El Dr. Raúl Lombardi (CMU) resumió la postura del Colegio Médico: “…este es un tema que realmente preocupa mucho, mucho al colegio médico, ya sea por el derecho al acceso a la salud como derecho humano fundamental, que vemos que eso no siempre ocurre y por la dignidad del trabajo médico…”.
Los presentes concluyeron que se requiere una política de Estado a largo plazo para reducir la alta tasa de “prisionización” y asegurar una atención integral que garantice la dignidad humana, ya que la legislación avanzada no se traduce en el ejercicio real de los derechos.
Tercer encuentro: salud mental y bioética en personas con trastornos psiquiátricos severos
El cierre del ciclo estuvo dedicado a las personas adultas con patologías psiquiátricas graves, destacando los desafíos éticos y estructurales que enfrenta el país para garantizar el derecho a la salud de esta población. Las autoridades remarcaron la necesidad de fortalecer el sistema comunitario, mejorar la formación de los equipos de salud y avanzar hacia prácticas que respeten la dignidad, autonomía y derechos de las personas con sufrimiento psíquico.
Durante el encuentro, el secretario general de Drogas, Gabriel Rossi, explicó que la estrategia nacional incorpora la reducción de daños, el enfoque comunitario y las intervenciones breves como ejes centrales para abordar el consumo problemático, especialmente de alcohol. Se señaló la falta de políticas efectivas para el tratamiento y prevención del consumo de sustancias legales y el desafío que implica transformar un modelo asistencial históricamente centrado en la internación.
La directora del Programa de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Julia García Piriz destacó la necesidad de contar con registros confiables, mejorar el acceso a servicios en el territorio y fortalecer el primer nivel de atención. Se subrayó la importancia de desarrollar equipos interdisciplinarios y abandonar prácticas que vulneran derechos, especialmente en situaciones de crisis psiquiátrica.
Cecilia Baroni, en nombre de la sociedad civil Vilardevoz enfatizó la relevancia de un cambio cultural profundo basado en la ética del cuidado, la dignidad humana y la escucha activa. Se compartieron experiencias comunitarias de apoyo mutuo y dispositivos alternativos que demuestran que la autonomía, aunque progresiva, es posible y compatible con acompañamiento afectivo y social.
Conclusiones generales del ciclo
El ciclo de encuentros permitió visibilizar las dificultades y desafíos éticos asociados a tres poblaciones especialmente vulneradas en Uruguay: personas en situación de calle, personas privadas de libertad y personas con patologías psiquiátricas severas. Aunque cada grupo enfrenta realidades particulares, se identificaron líneas comunes:
– La vulneración de derechos, la estigmatización y las barreras de acceso al sistema de salud son transversales.
– La autonomía debe ser entendida en contexto y no asumida como plena cuando existen condiciones sociales extremas.
– La formación de los equipos de salud y la articulación interinstitucional son claves para avanzar hacia un modelo de atención comunitario y humanizado.
– Las políticas públicas deben sostenerse en el tiempo, con enfoque de derechos humanos y participación social.
– La sociedad civil y las experiencias comunitarias cumplen un rol fundamental en promover inclusión, escucha y dignidad.
Conclusiones por jornada
Primer encuentro – Personas en situación de calle: se destacó la necesidad de que el sistema de salud salga al encuentro de las personas, reflexionando sobre la autonomía en contextos de extrema precariedad y exclusión social.
Segundo encuentro – Personas privadas de libertad: se remarcó la doble vulneración que implica la privación de libertad y las limitaciones para el acceso a la salud, señalando la urgencia de políticas sostenidas y centradas en derechos.
Tercer encuentro – Personas con patologías psiquiátricas: se enfatizó la centralidad del modelo comunitario, la importancia de la escucha y la necesidad urgente de abandonar prácticas tutelares y estigmatizantes para garantizar derechos y dignidad.


