Manejo del gran quemado: claves para salvar vidas
Conferencia del Dr. Julio Cabrera organizada por la Regional Norte del CMU
Las quemaduras graves son una de las lesiones más desafiantes en medicina, ya que su impacto trasciende el daño local, afectando a todo el organismo.
El Dr. Julio Cabrera, ex profesor de Medicina Intensiva y referente del Centro Nacional de Quemados durante 21 años, compartió sus conocimientos en una conferencia sobre el manejo inicial del gran quemado, organizada por la Regional Norte del Colegio Médico del Uruguay. Su presentación enfatizó la importancia de la atención inmediata y las estrategias para mitigar el impacto devastador de estas lesiones.
¿Qué es un “gran quemado”? La clave está en la extensión
El Dr. Cabrera comenzó su exposición definiendo al gran quemado como aquel paciente que presenta una superficie corporal quemada (SCQ) superior al 15-20%. En estos casos, la lesión deja de ser puramente local para convertirse en una respuesta sistémica, que afecta a múltiples órganos y sistemas. Esta distinción es crucial, ya que marca el punto donde la atención debe ser más intensiva y coordinada.
Entendiendo la fisiopatología: las zonas de Jackson
Uno de los puntos clave abordados fue la compleja fisiopatología de las quemaduras. El Dr. Cabrera explicó las tres zonas de Jackson, un concepto fundamental para entender la evolución del daño tisular:
– Zona central: El área de necrosis irreversible, donde el tejido ha sufrido un daño completo.
– Zona de estasis: Un área de viabilidad dudosa. Este tejido está comprometido, pero con una reanimación adecuada, su progresión a necrosis puede ser prevenida. Aquí radica gran parte del desafío y la oportunidad para la intervención médica.
– Zona de hiperemia: El tejido circundante que presenta inflamación, pero que permanece viable.
La importancia de una reanimación precoz y efectiva es vital, ya que puede evitar que la zona de estasis se transforme en una zona de necrosis, limitando así la extensión final del daño.
Lesión inhalatoria: un peligro silencioso
Un aspecto crítico en el manejo del gran quemado es la lesión inhalatoria. El Dr. Cabrera detalló cómo el daño puede ser causado tanto por el calor directo como por la inhalación de productos tóxicos generados durante el incendio. Se hizo hincapié en la importancia de identificar los criterios diagnósticos de esta lesión y la necesidad de una intubación temprana en casos seleccionados para asegurar la vía aérea y prevenir complicaciones respiratorias graves.
Estrategias Prácticas para Salvar Vidas
Más allá de la teoría, la conferencia del Dr. Cabrera ofreció pautas prácticas para el manejo inicial:
– Evaluación inmediata de la vía aérea ante la sospecha de lesión inhalatoria.
– Reposición hidroelectrolítica precoz con Ringer lactato para contrarrestar la pérdida masiva de líquidos y electrolitos.
– Monitoreo constante de la diuresis (0.5-1 ml/kg/h) en quemados con más del 15% de SCQ, un indicador clave de la efectividad de la reanimación.
– Cálculo preciso de la superficie corporal quemada para guiar la fluidoterapia.
– Criterios de derivación a centros especializados, destacando la importancia de la consulta temprana y la documentación adecuada del paciente para el traslado.
A modo de conclusión, Cabrera subrayó que el manejo del gran quemado es una carrera contra el tiempo, donde cada decisión y cada acción en los momentos iniciales son fundamentales para determinar el pronóstico del paciente. La atención multidisciplinaria y la adherencia a protocolos claros son la clave para optimizar los resultados en estos casos complejos.